Aprendí a ser lo que soy mientras iba a lo que iba a escoger el paisaje de mis pensamientos, a mentir y creer mis propias mentiras, a decir la verdad y no sacar nada a cambio, a recoger cosechas con tempestades, a buscar la paz cuando viene el rocío, a buscar la luz en un nuevo amanecer, en una nueva luna, en un nuevo despertar.
Aprendí, a desconfiar en los demás, aunque me los quiero, a creer en lo que me dicen, aunque todo lleva, su parte de egoísmo, a aceptar lo que me dan, aunque en realidad, nunca nadie da nada.
Aprendí, a romper el silencio de mi soledad, con una música ocasional, con una sonrisa premeditada, con un beso que hace escuela, con un te quiero ante un espejo.
Aprendí, a distinguir lo ficticio con lo irreal, lo oscuro con lo ennegrecido, lo banal con lo rutinario, lo venial con los pecados, lo genial con las murmuraciones, lo verde con el forraje del paisaje, lo amarillo tinto con las estelas del sol, lo azul azulado con el mar en calma, con el mar en balsa, con el mar en mar.
Aprendí, a decir que si, con un no por respuesta, a decir que no afirmativamente, a no decir cuando me escuchas, a callar cuando el silencio es más inteligente.
Autor: Fco Peiró © Todos los derechos registrados
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