Algo extraño pasó en el día de hoy, pues, desperté solo, sin que mi mami lo hiciera, salté de la cama para ir al baño pero, me detiene mi hermano que dice que él esta primero, yo insisto pues quiero hacer pipi, el hace un ademán que quiere lo mismo, pero, ¿Quién está en el baño? Siento un llanto que viene de su interior mi hermano y yo nos quedamos en silencio para escuchar, de repente se abre la puerta y es mi mami que sale de allí con los ojos rojitos nos mira a los dos y dice; sólo deberán ocupar el paño que está húmedo para limpiar su cara, y orinarán en el tarrito ¿y lo demás? dijo mi hermano, también deberá hacerlo allí mismo, luego lo vaciaremos en la arena que está cerca de casa, pues el agua no se ocupará para el aseo ni el tanque, solo para beberla, nos miramos con mi hermano, e hicimos lo que nuestra madre los pidió. Bajamos rapidito a la cocina, en la mesa habían dos platos y en él un pedazo de pan redondito y un vaso vacío, nos sentamos, mi mami se da vuelta hacia nosotros y nos sirve un poquito de líquido que parece leche pero, no es, pues, se ve muy aguada, sírvanse y no olviden dar las gracias. Después de comer, limpiamos el lugar donde desayunamos, luego mami nos puso un nuevo delantal así como plateado, lo miré y pensé, ¿será un nuevo delantal?, bajamos por las escaleras del bloque, de repente miro a mi alrededor y no veo más allá de mi hermano, es una espesa neblina que no permite ver a lo lejos; de repente siento que me llaman ¡Diego, Diego, espérame! Era mi compañera Rocío que me llamaba, ella venía con su mamá, al verla me doy cuenta que igual usa un delantal, plateadito como el mío, ¡hola! ¡Diego como estás! Bien le dije pero, la verdad, verdad, es que no estaba muy bien, esa espesa niebla no me gustaba. Llegamos a nuestro colegio y allí estaba la directora esperándonos en la puerta como siempre, y ¡oh! También con un delantal plateado sólo que en el de ella tenía una D y un número que era el 1 o sea D1, nos saludamos y me fui a mí sala, allí estaba mi profe también con un delantal plateado y con la letra P1, ahí me di cuenta que todos teníamos ese dichoso delantal, y la verdad verdad, no me gustaba, prefería mi cotona y el delantal a cuadrillé verde de mi señorita, sentí el timbre de la escuela, bajamos a rendir homenaje a nuestra patria, como todos los días lunes, todos estábamos formaditos cuando aparecen unos señores con ropas del mismo plateado de mi delantal , nos ponen a todos un casco y nos rocían con una especie de humo transparente, esperamos unos segundos y nos sacamos todo, parecía más fresquito, pero afuera seguía la neblina espesa que no me dejaba mirar más allá. Subimos a nuestra sala y como todos los días dijimos nuestra oración diaria, la señorita nos comunica que debemos realizar un ensayo de supervivencia y que debemos de estar atentos al sonido del timbre. Sacamos nuestros libros y nos fuimos al inicio de nuestra clase con la lectura titulada “Cuando había árboles “esta lectura me hizo recordar que no veía ningún árbol con esa pesada neblina. Al ir leyendo me doy cuenta que todos mis compañeros y compañeras tienen sus caras muy blancas, y los ojos muy pero muy grandes, habrá sido el polvito que nos rociaron en el acto de la mañana, la verdad que no quise pensar mucho, y seguí leyendo junto al proyector. Llego la hora de la leche y fuimos al comedor nos juntamos los terceros y cuartos básicos nos sentamos todos en una gran hilera y a cada uno nos dieron una pastilla junto con una especie de masita, nos dijeron que nos quedáramos allí sentaditos, estábamos quietitos cuando aparece un doctor, sé que lo era pues traía su estetoscopio, y empezó a revisar a cada uno de nosotros, algo pasó en ese instante pues una niñita del tercero cayó al suelo, vi que la señorita de su curso tercero B empezó a llorar mucho, luego recogen la niñita y la envuelven en una gran bolsa, y es sacada del lugar, después que el doctor nos revisa a nosotros, nos dirigimos a nuestra sala, al pasar por el pasillo vemos a la madre de la niña, gritando y llorando, por su pequeña, creo que nada se pudo hacer por ella. Cuando llegamos a la sala veo a mi señorita llorando; todos ya sabíamos lo que había sucedido… la profesora nos hace sentar, y nos comunica lo que paso realmente en el comedor,… esto seguirá pasando, la falta de agua y de sol en algunas partes de la tierra, hace muy vulnerables a los niños. La muerte en los más pequeños se está produciendo con mucha rapidez, estamos ahora sólo sobreviviendo, gracias a algunos recursos que están resguardados pero que ya se están acabando, estamos con la esperanza de una vida en las profundidades de la tierra pues es la única parte que aún no está contaminada, debemos ser valientes con fortaleza , heredamos una tierra enferma y moribunda, ya nada podemos hacer solo esperar que todos podamos recoger con resignación lo que nos espera. Luego de ese momento tan difícil nos fuimos a recreo, salí de la sala con la esperanza de salir al patio a correr saltar y jugar al trompo con los chiquillos pero, no los dejaron ir, nos dijeron que debemos estar en los pasillos de la escuela, bueno dije , será así la cosa, nos juntamos varios a jugar a la “corre que te pillo”, pero al cabo de un ratito no podíamos hacer nada estábamos muy pero muy cansados y nos sentamos en el suelo a recuperar fuerzas pero sucedió todo lo contrario, creo que a todos nos dio sueño, el timbre nos despertó y fue tan divertido ver a todos tirados en el piso sin moverse para ningún lado, fue entonces que aparece la señorita golpeando las manos diciendo ya, ya, en la sala nos espera una linda canción para el ánimo, nos levantamos y fuimos haciéndonos bromas entre nosotros que no tenían resultado en el otro, ya que el desánimo lo sentíamos sin comprender aún, lo que realmente estaba sucediendo. Al iniciar la canción me viene a la memoria mi perro “Vivaracho” así le puse por lo vivaracho que es, me entra la angustia al pensar que con semejante neblina se me va a perder, también me sofoco así como un cerrojo en el corazón, y pensar que ayer no más le mandé un piedrazo pa’ que se fuera pa’ la casa, la señorita dice que repita la letra de la canción pero no pude, sólo atine a decirle que me duele el pecho y la garganta me gorgorea, eso hizo reírnos a todos no se dé donde me salió lo que dije, la seño, me miró fijo y me dijo gracias, muchas gracias Diego, no entendí, pero, me sentí muy bien. Estamos escribiendo sobre cómo mantener la mente en lo que estamos haciendo, cuando se toca el timbre de la sobrevivencia, nos páramos y rápidamente bajamos las escaleras nos metimos por las entradas de salas de los más chicos de la escuela, para luego salir a la espesa neblina, por el costado del patio trasero, nos metimos en un gran hoyo que tenía una especie de resbalìn por el cual nos deslizamos hacia abajo, todos nos tiramos, caímos sobre unos colchones blanditos pero, estaba muy oscuro allí, quedamos como momias, de repente sentí llorar a los cabros chicos, y la verdad que, a mí también me dieron ganas, pero me contuve, me aguante, ya que a mi lado estaba la Rocío,de repente se prendió una luz y allí estábamos todos hasta la directora, mi seño, los auxiliares y las señoras de los pro - empleo que quedan muy poquitas, esperamos un rato, salimos elevados por una especie de reja igual como subían a los mineros de Lota, en ese lugar llamado el “chiflón del diablo” cuando entramos estaban de nuevo los que nos echaron el polvito transparente, hicieron lo mismo con nosotros nuevamente. Dicen que esta fuerte la contam…, eso le escuche a la diré, que se quedó calladita cuando me vio que iba detrás de ella siguiendo al resto de mis compañeros. Llegó la hora de irnos a casa, nos despedimos de nuestra maestra, y nos fuimos caminando comprendiendo quizás, recién lo que pasaba, me pareció que era mejor la neblina para no mirar el paisaje que imaginaba sin verlo, todo desierto sin árboles, sin plantas, sin pájaros, sin sol, solo escombros, suciedad…por eso nos desinfectan… No pude más y me puse a llorar,… de repente veo brillar algo, miro hacia el cielo una claridad que no dejaba ver, ¡el sol!, el sol! ¡grité con todas mis fuerzas! cerré mis ojos no los quería abrir, y ahí siento que mi mami, me toma y mes sacude , Diego, Diego que pasa hijo despierta por favor Diego despierta, abro mis ojos y veo la luz que entra por la ventana,¿ mami es el sol? ¿Verdad? por supuesto que es el sol levántate flojo, que vas a llegar tarde a la escuela, ¡oh ¡sí mami, claro que me levanto, Diego corre a la ventana, y mira hacia fuera pero ¡qué maravilla mami ¡qué lindo paisaje! , los árboles, las plantas, los pájaros, mi gato, mi perro, el aire, ¡oh ¡ y qué ¡huelo mami ! ¡Pan tostado, y ¿le pondremos mantequilla? Y ¡leche, en un vaso lleno! y ¡pan con huevo! ¡Oh ¡gracias, gracias, Dios por esto! Mientras Diego Canta salta, su hermano le pregunta a su madre que sucede, la madre le dice, lo que pasa que tu hermano se convirtió en centinela y que, de ahora en adelante vigilará y cuidará lo que le rodea, estuve escuchándolo mientras dormía, hablo mucho de la tierra, la contaminación, y todo lo que destruye al planeta por la inconsciencia de la gente, el niño mira a su mamá y le dice, yo, también mami, seré un centinela.
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