si algún día me perdierais, querría que todos supieran: que cada vez que me ves y te sonrío, te beso o te abrazo, o todo a la vez, no pasa desapercibida para mi la energía que fluye dentro de ti, que te acompaña y pone música a tus pensamientos, transparenta tus deseos, dibuja tus problemas, imagina tus miedos campando a sus anchas sin reparar, si quisiera, si tuviera, un ápice de control en ese momento, tan extraño, tan efímero, tan pasado cuando ya lo has pensado, en lo que una fracción de segundo diera tiempo, que además se ahoga en palabras, sin sentido, un saludo, cualquier banalidad que nos acecha, siempre perdidos en conversaciones típicas y tópicas, hasta la saciedad, hasta el final de los tiempos, hasta los brillantes deseos ocultos detrás de las rocas prohibidas, en los confines de la Tierra, bajo los volcanes que despertaron, en la certeza de un mundo cambiado, tras siglos de definiciones, a palmos de creer que avanzamos por los senderos, cuando las luciérnagas se apagan y sabemos que seguimos perdidos, cuántas veces se vuelve al punto de origen, cuántos designios, cuántas falacias, si sería, si estoy viva, si no se quién soy, desde dónde camino, que no se si escribo hoy en la Tierra porque en la Luna me siento, porque no se por qué caminan así mis pensamientos.
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