Madre tierra dolorida
Siembra el terror cuando tiembla furiosa de abusos e indolencia
herida, cobra tributo de sangre
allí donde el dolor acumulado
de intenso supura
y maltrata inexplicable
a hijos desahuciados,
llagados ya de antaño de miseria y hambre.
Brevedad de conciencias sacudidas,
fuego fatuo que se horroriza
en aspavientos evanescentes
que son sólo instantes,
memoria lábil
sale el sol para nosotros,
nada ha cambiado
y solos lloran los hijos bastardos
De la vieja madre.
Acumulará el dolor en sus entrañas,
romperá de nuevo el hilo de la vida
de inocencias olvidadas,
mostrará el poder que aterra,
mensaje de nuestra insignificancia
que no se capta.
No tienen validez lamentos en horas infernales,
no se comprende el vínculo que lo une todo,
desprecio, egoísmo, indiferencia de existencias afortunadas,
gestos como brisas que se suman unos a otras
hasta formar huracanes,
sacudirá océanos,
llegará hasta lo profundo
y cortará otra vez
el corazón de la madre.
Mariant Iberi.
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