| poetizame | Fecha: Sábado, 2010-03-20, 14:56 | Mensaje # 1 |
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| Es decir, sería interesante que cada uno comparta la manera en que compone poesía, el lugar dónde suele componerla, la forma de crearla, la manera de plasmar las ideas previas... Cada maestrillo tiene su librillo.  A mí, por ejemplo, me encanta escribir poesía en los momentos de estrés, preferiblemente por la noche y a la luz de una lámpara que tengo en mi casa. Suelo escribir las ideas previas en post-it que luego, poco a poco voy recomponiendo. Antes me gustaba escribir los borradores en libretas, pero ahora me he aficionado a utilizar blogger para directamente escribir las poesías. Aún así, no hay nada tan interesante como escribir con lápiz y papel cada uno de los pensamientos que van y vienen por la cabeza.
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| Sol | Fecha: Sábado, 2010-03-27, 00:42 | Mensaje # 2 |
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Grupo: Moderadores
Mensajes: 3
Estatus: Offline
| Opino lo mismo que vos, no hay nada más emocionante que escribir sobre papel. Pero a veces permitimos que las tecnologías y el facilismo nos venzan, salteándonos ese placentero paso.
Me gusta componer poesía de noche, con tango de fondo, con una copa de malbec, con un sahumerio de sándalo y un cigarrillo encendido. Mas regularmente, la inspiración surge en momentos en que nada de ese ideal entorno es posible, quizás en la oficina, con ruidos de gente que va y viene, mates lavados y un cigarrillo apurado.
Escribo cuando lo siento y muchas veces esa necesidad es impostergable. Generalmente no realizo muchas post correcciones. Muy interesante tema para arrancar con esto.
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| Ío | Fecha: Miércoles, 2010-03-31, 09:00 | Mensaje # 3 |
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| Yo también prefiero escribir de noche, no es que lo prefiera, en eso no hay gustos o preferencias, es simplemente que es en esos momentos cuando las palabras se dejan ver mejor.
Normalmente siempre tengo en la cabeza un run run, como si rumiara versos a todas horas (llega a ser desesperante), la mayoría no llegan a tomar cuerpo, pero me sirve para probar, de memoria.
Otras veces ocurre que llega la “inspiración” en los momentos más insospechados, y entonces, por ejemplo, si voy conduciendo, tengo que aparcar en el arcén o donde sea, sacar del bolso la libretita que siempre me acompaña y escribir lo que tengo en la mente. Algo parecido me sucede cuando estoy a medio dormir; muchas veces debo volver a levantarme pues los versos no cesan de darme vueltas y sé que si no los escribo, al día siguiente ya no están donde los dejé, por mucho que los busque siempre desaparecen, y eso que los repito mentalmente varias veces. Pero se van, irremediablemente, como los sueños, se van para siempre si no los escribo en ese momento.
A mí me gusta mi cocina para escribir, quizás se deba a que fue allí precisamente donde comencé a hacerlo, y por tanto no uso el ordenador, nunca, para componer un “poema”.
Las teclas no me dicen nada, es más, es como si me impidieran tener conciencia de mí misma, como si me robaran un trozo de pensamiento, aquel que me es necesario para escribir.
Cierto es que luego tengo que poner en limpio lo escrito, y entonces si, lo hago en el ordenador; correcciones, alguna falta de ortografía, palabras que no acaban de gustarme como quedan….. etc etc , pero poca cosa, no suelo retocarlo mucho.
En cuanto a la música que me acompaña, la mayoría de las veces es el silencio (que también es música), pues tengo comprobado que lo que escucho suele ser lo que reflejan mis palabras; es decir, a mí me gusta mucho, por ejemplo, Vangelis, pero si escribo escuchándolo, sé que todo sonará triste, como la música que entra en mis oídos, y me suele llevar a un estado desesperado, total melancolía, desconsuelo y pena del que me es muy difícil salir; ha ocurrido y ocurre que en esos momentos me veo llorando a lágrima viva mientras escribo, y no es bueno, no lo es. Esta es mi manera de escribir, emborronando cuadernos a todas horas, o casi. Gracias, Poetizame, Sol
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